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Kabul

La República Islámica de Afganistán, conocida simplemente como “Afganistán”  fuera de los círculos oficiales, es un país estratégicamente enclavado en pleno corazón de Asia Central. No tiene salida al mar, y gracias a esta situación hace de nexo entre Oriente Medio, Asia Central y el Subcontinente Indio. La población de Afganistán ronda los 29 millones habitantes, situándolo en el puesto número 42 de países más poblados. Igualmente, ocupa el lugar42 en lo que a extensión se refiere, con una superficie total de 652.225 kilómetros cuadrados.

Breve historia de Afganistán

Aunque la historia de Afganistán se remonta hasta el año 2000 Antes de Cristo (con los primeros datos de civilizaciones urbanas), la historia política técnicamente hablando empieza en el año 1709 de nuestra era, fecha en la que los Pashtun alcanzaron el poder y establecieron la Dinastía Hotaki. En 1776 la capital se trasladó de Kandahar a Kabul, y en 1893 parte del territorio del país pasó a manos de los imperios vecinos. Declarado como país neutral en el “Gran Juego” (el conflicto por la supremacía de Asia Central entre los imperios británico y ruso), Afganistán recuperaría su soberanía del Imperio Británico en 1919, tras la Tercera Guerra Anglo-Afgana y la ratificación del Tratado de Rawalpindi. La paz duró poco en Afganistán, y a día de hoy aún no se conseguido que perdure. Desde hace décadas, partiendo de la invasión soviética en 1979 hasta la intervención de la OTAN que aún se mantiene, Afganistán ha sido y es un país devastado por las guerras.

Demografía y cultura

Refiriéndonos a su demografía, Afganistán es un país diverso y multicultural que acoge un gran número de etnias, entre las que destacan las dos más grandes: los Pashtun y los Tadjikos, que conforman aproximadamente el 70% de la población. Dari (Persa) y Pashto son los idiomas oficiales, y el 99% de la población es de confesión musulmana. Debido a los años de continuas guerras, Afganistán se encuentra entre los países más pobres del mundo en cuanto a Producto Interior Bruto, sin apenas inversión extranjera. Pese a este funesto periodo, los afganos continúan sintiéndose orgullosos de su cultura, su religión y su independencia. Son conocidos por su honor y por su gran lealtad a su tribu, cualidades bien evidenciadas con su disposición para usar la fuerza en todos sus enfrentamientos.

Educación en Afganistán

Como sucede en la mayoría de países de la región, el sistema educativo de Afganistán comprende la Educación Primaria y Secundaria y los Estudios Superiores, los cuales dependen del Ministerio de Educación. La Escuela Primaria comprende desde el primer al octavo grado, incluyendo un curso de guardería. La Escuela Secundaría está dividida entre la Educación General para aquellos estudiantes que desean prepararse para la Universidad, y la Educación Vocacional, camino que conduce a puestos muy valiosos para la economía afgana.

Kabul, la capital de Afganistán, está considerado el centro neurálgico de la Educación Superior, pero hay también universidades en las localidades de Kandahar, Nagarhar, Balkh y Heart entre otras. El país ofrece Licenciaturas, Masters y Doctorados en la mayoría de campos, incluyendo ingenierías, educación, medicina y abogacía.

Tras décadas de guerra el sistema educativo afgano fue completamente destruido, pero en los diez años siguientes a la caída del Gobierno Talibán y la elección del Presidente Karzai en 2001, dicho sistema ha experimentado una importante renovación, entre las que destacan la construcción de 5000 nuevas escuelas y la captación y preparación de más de 100.000 profesores. Actualmente se estima que más de siete millones de afganos están inscritos en escuelas de educación primaria y secundaria y 82.000 lo están en la Escuela Superior.

A pesar de estas mejoras, el sistema educativo afgano debe afrontar todavía muchos desafíos, incluyendo los siguientes:
  • Violencia: La educación significa progreso, lo que convierte a las escuelas y demás instituciones en un objetivo prioritario para la violencia extremista. En el periodo 2006-2009 450 profesores y estudiantes fueron asesinados y miles de ellos resultaron heridos.
  • Escasa cualificación de los docentes: Mientras que la demanda de profesores sigue creciendo en Afganistán, todavía perdura una escasa preparación de los maestros a todos los niveles.
  • Planes de estudio no estandarizados: Habiendo dejado de utilizarse el plan de estudios extremista islámico que usaba el régimen Talibán, todavía no se ha logrado conseguir un nuevo plan de estudios estándar. Además existe una gran escasez de libros de texto, especialmente en el nivel secundario.
  • Trabajo infantil: La guerra ha transformado drásticamente la demografía de Afganistán. Más de la mitad de la población está formada menores de 18 años, la mayoría de la cual es obligada a trabajar para ayudar económicamente a sus familias. Esto no es sólo aplicable a los potenciales estudiantes de secundaria, sino que también afecta a los más pequeños. Se estima que en 2011 un 25% de los niños con edades comprendidas entre siete y catorce años eran trabajadores a jornada completa.
Por todas estas razones y alguna más, el índice de alfabetismo en Afganistán es de un triste 21%, y tan sólo de un 10% en el caso de las mujeres. Para ayudar a combatir este problema, los EE.UU. han puesto en marcha un programa para establecer centros de educación a lo largo del país; centros en los que los estudiantes pueden aprender inglés y un fácil acceso a Internet y bibliotecas. Asimismo los Estados Unidos han construido seis Escuelas de Magisterio y cinco centros provinciales de preparación de profesores en todo el país para contribuir en la preparación de los actuales y futuros enseñantes de Afganistán.