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El Cristianismo tiene su base en la vida y enseñanzas de Jesús de Nazareth pero, esencialmente, en su resurrección. Un Cristianismo sin un Jesús resucitado no tendría ningún sentido.

El Cristianismo se puede estudiar desde dos perspectivas: como religión y como estilo de vida. Si nos ceñimos a la primera opción, religión cristiana, se trata de una de las tres grandes religiones monoteístas y hay que buscar su origen en el judaísmo, toda vez que Jesús era judío y porque las Sagradas Escrituras hebreas (para los cristianos, el "Antiguo Testamento") suponen una revelación del Plan de Dios para su pueblo.

La Biblia es el libro sagrado de judíos y cristianos (todas sus denominaciones) porque la aceptan como la Palabra viva del propio Dios judeo-cristiano y habla, directamente, al corazón del hombre.

En síntesis, la Biblia narra cómo el primer hombre, Adán, desobedece a Dios y es expulsado del Paraíso, pero sale de allí con la promesa de que Dios enviará a la Tierra un Mesías, un Cristo, que le salvará de las consecuencias de su caída, el "pecado" (la separación definitiva de Dios con el hombre) y posteriormente, la Muerte. Todos los libros siguientes al Génesis, están llenos de símbolos, señales y profecías que hablan de ese Cristo prometido por Dios.

La Biblia Cristiana se divide en dos partes totalmente diferenciadas: el Antiguo Testamento (conjunto de libros que forman la Biblia judía) y el Nuevo Testamento, que reúne los cuatro evangelios, el libro de los Hechos de los Apóstoles, las cartas (o epístolas) escritas a las iglesias fundadas por el fariseo Saulo de Tarso (conocido como San Pablo) y el libro de las Revelaciones o "Apocalipsis".

La diferencia fundamental entre judaísmo y Cristianismo, es que los cristianos aceptan a Jesús como el Mesías prometido y los judíos le rechazan, creyendo por tanto, que éste aún está por llegar.

Para el judío, el Mesías habría de ser, esencialmente, un libertador. En los tiempos de Jesús, sería quien libertaría a Israel de la ocupación romana y en la actualidad, quien acabe con todos los enemigos del pueblo judío.

Para el cristiano, el Mesías ya llegó en la persona de Jesucristo (Jesús, el Cristo) y el Plan de Salvación se extiende a toda la Humanidad, no sólo al pueblo judío, pero con la condición de que el hombre acepte a Jesús como su Salvador. En realidad, con la llegada del Mesías, todos lo que le siguen se convierten en el Israel espiritual.

La base de los textos sagrados cristianos son los Evangelios. "Evangelio" significa "Buena Nueva" -la buena noticia que trae Jesús- y relatan la vida y enseñanzas del Maestro, cuya finalidad no es crear una religión nueva sino enseñar un estilo de vida, para que el hombre viva en comunión con Dios, el Creador, tal como lo hacía Adán antes de su caída. Jesús, con su martirio, se convierte en el sustituto del hombre porque recibe el castigo que el pecado exigía. En Jesús, el pecador recibe el perdón de Dios y con su resurrección, vence definitivamente a la Muerte.

El Cristianismo, como religión, se alimenta más de la Tradición que de la Palabra (la Biblia) y asume toda una liturgia, creada a través de los siglos, para ofrendar sacrificios a Dios. El cristiano religioso, aporta su esfuerzo personal, sus dolores, sus penitencias y sus sacrificios, como elementos que han de contribuir a su salvación.

El Cristianismo, como estilo de vida, descansa en Jesús como Salvador y asume que no necesita de penitencias ni liturgias porque la Salvación le es dada de forma gratuíta. El cristiano no religioso, mantiene una relación personal con su Dios en la persona del Hijo (Jesús) quien le llena con el Espíritu Santo para que le guíe y le equipe con los dones necesarios para servir a sus hermanos y permanecer en la Gracia.