Universidades en Austria, carreras universitarias en Austria

Austria tiene una de las historias intelectuales más ricas de Europa, por lo que no es de extrañar que sus universidades sean de excelencia. Esta nación fue el hogar de los primeros sicólogos del mundo, Freud y Jung, y también de Ludwig Wittgenstein, quizás el filósofo más importante del siglo XX. También es conocida como un destino destacado para el estudio de las artes, especialmente la música, ya que Mozart, Haydn, Beethoven y Schubert vivieron y compusieron en este país.

Su sistema de educación universitaria, el cual nació en el año 1365, es el más antiguo de la Europa germánica. Las universidades austríacas, así como las del resto de Europa, fueron creadas para atender a los hijos (y, eventualmente, las hijas) de las familias privilegiadas. En Austria, la realeza, la nobleza y otras élites sociales dominaban las aulas. Sin embargo, todo empezó a cambiar en la década de 1960, cuando se fueron gestando otras corrientes de pensamiento con respecto al propósito de las universidades. Los ciudadanos comenzaron a ver que las instituciones de educación superior tenían una responsabilidad para con toda la sociedad, no sólo para con aquellos pertenecientes a una élite. Hasta el día de hoy, este sigue siendo el pensamiento general, a pesar de que los factores socioeconómicos hacen que aún siga siendo más difícil para las familias humildes y de clase media enviar a sus hijos a la universidad.

En las dos últimas décadas, la universidad de Austria y el sistema universitario han experimentado grandes cambios. Uno de ellos ha sido objeto de controversia dentro de la propia sociedad austríaca y es el tema de la matrícula universitaria. Hasta el año 2001 la educación en Austria era gratuita hasta el equivalente a un título de Licenciatura. Sin embargo, a partir del 2001, las restricciones presupuestarias obligaron al gobierno austríaco a empezar a cobrar matrícula. Si bien no son tan costosas como las matrículas de las universidades públicas de los Estados Unidos, estas siguen siendo vistas como onerosas por las familias más humildes, y muchas personas ven a la matrícula, como un retroceso a la antigua visión de que la educación universitaria es un servicio del que sólo se benefician aquellos que pertenecen a una élite de la sociedad. Hoy en día se están haciendo numerosos esfuerzos para acabar con la matrícula universitaria, siempre que se cumpla con ciertos requisitos. Pronto, los estudiantes que tengan un buen rendimiento académico y completen sus estudios dentro del plazo establecido de 4 años, podrán exonerar el pago de matrícula. Según el sistema propuesto, los estudiantes que no muestren un buen rendimiento académico o tarden más de cuatro años en terminar la carrera de grado, tendrán que pagar sus estudios.

El históricamente independiente sistema austríaco de educación superior también está experimentando cambios como resultado del Proceso de Bolonia. Este proceso, el cual ha sido promovido por las autoridades del Espacio Europeo de Educación Superior, pretende integrar todas las universidades europeas para que sus grados, expectativas y  requisitos académicos estén más estandarizados. El objetivo no es hacer que todas las universidades de Europa sean iguales, sino asegurarse de que, por ejemplo, un empleador de Bélgica pueda entender y evaluar las credenciales educativas de un solicitante polaco. En los mercados de trabajo cada vez más abiertos e interconectados de Europa, esto es visto como un escenario esencial de las nuevas regulaciones transcontinentales. En Austria, donde los títulos han sido históricamente muy diferentes del clásico sistema Licenciatura-Maestría-Doctorado presente en muchos otros países, el Proceso de Bolonia ha obligado a grandes cambios en la forma en que trabajan las universidades austríacas.