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La República de Botsuana es un llanísimo país sin salida al mar situado en la parte sur de África, con una superficie total de 600.370 kilómetros cuadrados. Hace frontera con Sudáfrica al sur y al sureste, Namibia al norte y al oeste y Zimbabue al noreste; casi el setenta por cierto del territorio es ocupado por el Desierto del Kalahari. Antiguo protectorado británico conocido entonces como Bechuanalandia, la región ahora conocida como Botsuana consiguió su independencia de la Commonwealth en otoño de 1966. Desde entonces, el país siempre ha tenido elecciones libres y democráticas.

A pesar de su vasto territorio, Botsuana es un país relativamente pequeño en términos de población con un censo estimado de dos millones de habitantes. Es igualmente una de las naciones con menor densidad de población del mundo, y justo después de lograr su independencia también se convirtió en uno de los más pobres. En 1966 su PIB era de tan solo catorce millones de dólares, pero en los años siguientes experimentó un rápido crecimiento (uno de los más altos del mundo), colocándose en el actual PIB de catorce mil millones de dólares.

Hay tres grupos étnicos principales que conforman la población botsuanesa: los Batswana, los Bakalanga y los bosquimanos, también conocidos como Abathwa o Basarawa. Hay otras muchas tribus minoritarias viviendo en el país como los Bayei, los Bambukushu, los Baherero o los Bakgalagadi así como pequeñísimos grupos de indios y blancos. El idioma oficial de Botsuana es el inglés, utilizado en todos los asuntos oficiales incluidos administración y educación, aunque el setswana, una lengua nativa, es la más usada en todo el país. Casi el 80% de la población se confiesa cristiana, sobre todo anglicanos, metodistas y algunos miembros de la Iglesia Congregacional Unida de Sudáfrica. Hay también algunas minorías de cristianos seguidores del catolicismo, la Iglesia del Último Día o Testigos de Jehová. En las zonas urbanas hay también pequeños grupos de musulmanes, hindúes y judíos.

La cultura botsuanesa es muy rica e interesante. A diferencia de otras músicas típicas africanas en las que los tambores juegan un rol fundamental, la música Tswana (la tradicional del país) es mayormente vocal o viene acompañada de instrumentos de cuerda como el Setinkane y el Segaba. En la parte norte del país sus habitantes elaboran fantásticas cestas artesanales hechas con hojas de Mokola y tintes naturales. Estas son usadas para el almacenamiento y transporte de objetos y son comercializadas a lo largo de todo el país. La cocina botsuanesa es muy parecida a la existente en muchas regiones del sur de África. La carne ahumada y salada es la base de la alimentación local y forma parte de platos típicos como el Pap y la Seswaa.

Educación en Botsuana

La educación en Botsuana está supervisada por el Ministro de Educación y es obligatoria y gratuita durante toda la primaria. Tras la independencia, se garantizó a los estudiantes una educación básica de diez años, dividida entre la primaria y la secundaria. Sin embargo, desde 2006 la única educación gratuita es la primaria. Al finalizar los dos primeros años de la escuela secundaria, los estudiantes son galardonados con un Certificado de Estudios y tienen la posibilidad de matricularse en otros dos años adicionales de secundaria, opción elegida por aproximadamente la mitad de los que obtuvieron el ya mencionado certificado. Quienes superan estos dos años adicionales son galardonados con el Certificado de Educación General de Botsuana (BGCE), permitiéndoles el acceso a la educación superior.

La educación superior es impartida por seis academias técnicas y varios centros de formación profesional. Esas academias técnicas ofrecen planes de estudio que incluyen ciencia y tecnología, agricultura, contabilidad y economía, mientras que en los centros de formación profesional se imparten básicamente los conocimientos necesarios para ejercer en la enfermería y a docencia.

Desde su independencia en 1966, Botsuana ha experimentado grandes progresos en educación. En ese año el número de graduados en secundaria era ínfimo, y en realidad solo algunos estudiantes se matriculaban en este nivel. Por el contrario, hoy la asistencia a la escuela primaria es del 100%, y a pesar de que la educación secundaria no es gratuita más del setenta por ciento de los estudiantes continúa sus estudios más allá de la primaria.

Un dato que evidencia que el país se mueve en la dirección adecuada es el de que en 1991 la tasa de alfabetización era del 69%, mientras que hoy está por encima del 85%.