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Bhutan

Bután es un encantador país sin salida al mar del Sureste Asiático con una superficie total de 47.000 kilómetros cuadrados. Situado al final de la parte oriental de la cordillera del Himalaya, este pacífico país hace frontera con China e India. Asimismo, está muy cerca de Nepal y de Bangladesh, separado de estos únicamente por tres estados de India (Sikkim lo separa de Nepal y Assam y Bengala Occidental de Bangladesh). La capital y ciudad más grande del país es Thimphu.
La población de Bután es aproximadamente de 700.000 habitantes, divididos entre las etnias Ngalp al oeste y Scharchops en el este. Hay también una pequeña minoría de Lhotshompa en la zona sur (de hecho la traducción literal de Lhotshompa es “sureño”). Casi las dos terceras partes de los butaneses son budistas tibetanos, y el tercio restante practica el hinduismo. El idioma oficial del país es el butanés, también llamado Dzonghka. Es una de las 53 lenguas que componen la familia lingüística tibetana. Sin embargo, el inglés es la lengua de enseñanza en la mayoría de escuelas de Bután, tanto en las públicas como en las privadas.

Educación en Bután

Durante los primeros años del Siglo XX se introdujo en Bután el estilo educativo occidental. Sin embargo, no fue hasta la década de los cincuenta cuando este tipo de educación se hizo efectivo para los estudiantes butaneses, ya que hasta entonces estaba reservado para los colegios privados, normalmente reservados estrictamente para los hijos de padres ricos y poderosos.

Hoy Bután posee un completo sistema educativo consistente en más de 200 escuelas primarias, 25 escuelas secundarias y 17 institutos. Está subvencionada por el gobierno de la nación y es obligatoria para los niños que estén en la primaria. En la primaria y en la secundaria los niños aprenden un buen número de materias como ciencias y matemáticas, historia butanesa e india, lengua (butanés e inglés), arte, música o educación física. En el instituto los estudiantes pueden elegir entre una enseñanza general u otra de formación profesional, en la cual se desarrollan para desempeñar un trabajo una vez consigan graduarse.

Pese a las recientes reformas educacionales, entre las que destaca la preparación más exhaustiva de los docentes del país como impulso para evitar el absentismo escolar, el porcentaje de alumnos que continúa con sus estudios más allá de la enseñanza primaria es cada vez más bajo. Según recientes estadísticas, apenas el 15% de los niños va a la escuela secundaria, mientras que en el caso del instituto el porcentaje se reduce al 10%. En 2001 el programa de desarrollo de Naciones Unidas determinó que la tasa de alfabetización de Bután era de un pobre 35% y en el caso de las mujeres de tan sólo un 20%.

Como es normal, las oportunidades para la educación superior en Bután son muy limitadas, y menos del 5% de la población adulta intenta formarse en algún tipo de centro después de la secundaria. Los que si deciden hacerlo pueden elegir entre la única universidad del país, la cual ofrece grados y master en campos como ingeniería civil, mecánica o eléctrica; una escuela técnica; o bien en una institución educativa que ofrece grados de 2 o 3 años y certificados en disciplinas académicas y ocupacionales.

Pese a los bajísimos logros educacionales y la paupérrima tasa de alfabetización, la mayoría de los habitantes de Bután tienen una vida muy satisfactoria. De hecho, en un estudio a nivel global realizado por el magazine “Business Week”, Bután fue catalogado como el país más feliz de Asia y el octavo del mundo.