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Ciudades para estudiar en Burundi

Bujumbura

Burundi (u oficialmente República de Burundi) es un país sin salida al mar situado al este de África, con una superficie total de 27.830 kilómetros cuadrados. Situado en la Región de los Grandes Lagos, Burundi hace frontera al norte con Ruanda, la República Democrática del Congo al oeste y Tanzania al este y al sur. Aunque el país no tiene línea de costa en el océano, casi todo el suroeste del territorio está bañado por el Lago Tanganika. La capital y ciudad más importante económicamente hablando es Bujumbura.

Con un PIB per cápita de sólo 393 euros, Burundi es uno de los cinco países más pobres del mundo. Ello se debe en gran medida a la prolongada guerra civil que asoló al país, pero también puede ser explicado por la corrupción del gobierno, el pobre acceso a la educación y los devastadores efectos del SIDA, que ha supuesto el desplazamiento a campos de refugiados a más de 500.000 personas.

Con una población de más de diez millones de habitantes Burundi es uno de los países con mayor densidad de población de toda África, con una media de 323 personas por kilómetro cuadrado. Mucha gente ha emigrado del país por causa de la guerra y del SIDA, y la mayoría de habitantes subsiste a base de la agricultura y ganadería en las zonas rurales del país. El 85% de la población es Hutu, y el 15% restante lo forman los Tutsi (14,5%) y los Pigmeos (0,5%). Burundi tiene dos idiomas oficiales, kirundi y francés. El primero es el más utilizado entre los habitantes del país y el otro es usado para los asuntos oficiales y la diplomacia con otros estados. El 75% de la población es cristiana, dentro de la cual se dividen en un 85% de católicos seguido de protestantes y anglicanos, que forman el 15% restante. El 20% de los habitantes sigue alguna de las religiones tradicionales de la zona, y menos del 5% practica el islam.

El desarrollo de la cultura en Burundi, que durante años se ha visto dificultada por los continuos disturbios entre hutus y tutsis, se basa en las tradiciones locales de la región con fuertes influencias de sus vecinos, especialmente de Tanzania. La ganadería y agricultura son las industrias más importantes del país y, como consecuencia, productos de la tierra como los guisantes, el maíz o las patatas son la base de la alimentación. Dado su alto precio, la carne sólo es consumida dos veces al mes. El fútbol es el deporte más seguido y practicado del país, sobretodo entre los niños. Cestas y otros tantos objetos de artesanía local son fabricados a lo largo de todo el país y usados para la recolección y la venta a los turistas.

Educación en Burundi

La educación en Burundi está supervisada por el gobierno nacional y es obligatoria y gratuita para los niños con edades comprendidas entre los siete y los trece años. El sistema consiste en la escuela primaria (la única obligatoria), la secundaria y la universidad. Primaria y secundaria están basadas en la enseñanza de lectura, escritura y matemáticas en los primeros grados, seguido de un plan de estudios más amplio para los estudiantes de cuarto a sexto curso y para el pequeño porcentaje de alumnos que accede a la secundaria. Pese a que el gobierno se ocupa de la mayoría de los gastos educacionales hasta sexto curso, la distribución de los recursos favorece a los niños de las regiones sureña y central del país. Las niñas, que aún sufren una fuerte discriminación en Burundi, tienen más dificultades para el acceso a la educación que los niños.

Como otras muchas cosas en el país, la disponibilidad y calidad de la educación en Burundi ha sido severamente afectada por la guerra civil. Casi el 25% de las escuelas fueron arrasadas, y muchos profesores asesinados. La preparación de nuevos profesores es casi imposible por culpa de los escasos recursos económicos, y es aún más difícil encontrar nuevos docentes que quieran enseñar en las zonas más dañadas por la guerra. Las consecuencias de la guerra, la corrupción y la discriminación han generado que la tasa de alfabetización del país sea paupérrima, de hecho las últimas cifras nos muestran que sólo la mitad de los hombres y una cuarta parte de las mujeres sabe leer.